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Con una trayectoria de más de diecinueve años en la creación de instrumentos musicales, “La Casa del Bandolín” se ha destacado por su creatividad y la capacidad de convertir pedazos de madera en geniales piezas de arte.
Nuestros moldes perfectamente homologados, el uso de materiales de alta gama y el cuidado que mantenemos durante el proceso de fabricación, garantizan un producto de calidad, exclusivo y diferente.
Sabemos que amamos lo que hacemos y lo demostramos en cada detalle de nuestro trabajo, es por eso que hoy tenemos la convicción de decir que, día a día estamos construyendo los bandolines del Ecuador.
El bandolín es un instrumento musical muy similar a la guitarra en su estructura, pero tiene 15 cuerdas, agrupadas en cinco grupos de a tres. Cuando se toca produce un sonido armonioso y dulce.
En el año de 1763 apareció en España el uso del término “bandolín” para referirse a la mandolina italiana, lo cual hace suponer que el bandolín ecuatoriano deriva de este instrumento. Por las características morfológicas e históricas de relación cercana con la música e instrumentos de España, podría ser que el bandolín ecuatoriano proceda de la bandurria española.
Inicia con la selección del material que por lo general son maderas de ciprés para la caja y el brazo, abeto europeo para la tapa armónica y cascarol para el diapasón.
Luego se prepara y arma las piezas, y se labora la escala con la precisión que demanda colocando los 18 trastes que tiene este instrumento sobre el diapasón de ébano.
Finalmente se realiza el proceso de lacado y terminación del instrumento.
Es un instrumento de plectro, que se toca con una vitela, antes que, directamente con los dedos sobre las cuerdas.
En el siglo XIX y la primera mitad del XX, el bandolín gozó de gran popularidad; había hasta estudiantinas de mujeres.
“El bandolín es un ícono en la historia ecuatoriana y muy compenetrado en la música mestiza del país”.
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